miércoles, 16 de noviembre de 2011

Washingtonia

Washingtonia
Familia Arecaceae (Arecáceas)
Origen y distribución: Arizona, California y norte de México. Se distribuye por el extremo noroeste de México, sur y sureste de Arizona, sur de Nevada, y el sur de California (EEUU).
Washingtonias en "Hotel "Atrium Gualok", Pcia. Roque Sáenz Peña (Chaco, Argentina)
El nombre Washingtonia fue dado por el horticultor y botánico alemán Hermann Wendland (1825-1903) en honor al primer presidente de Estados Unidos, George Washington (1732-1799).
Wendland fue la tercera generación de una familia de jardineros de la corte de Hannover y que se convirtió en una figura botánica muy valorada.
Su viaje de recolección a América Central fue seguido por un intenso estudio taxonómico de las palmeras de todo el mundo, particularmente de América tropical, África y Australia, llegó a convertirse en una reconocida autoridad en el tema. Sus trabajos taxonómicos siguen siendo una importante referencia y su nombre se asocia, más que el de cualquier otro botánico, con los diferentes géneros de palmas.
La colección de palmeras creada por la familia Wendland en el Real Jardín de Herrenhausen fue considerada entre las mejores de la historia. (Palm & Cycad Societies of Australia, Escrito por Ian Edwards de la Sociedad Tropical Garden de Sydney)
Nombres comunes: Washingtonia, Palma washingtonia, Wachintona, Pritchardia, Palmera californiana de abanico (California fan palm), Wasintonia de California, Palmera del desierto (Desert palm), Palmera de abanicos (Fan palm), Palmera con enaguas (Petticoat palm).
  • Washingtonia filifera (Linden ex André) H. Wendl., Palmera de California, el epíteto que caracteriza a la especie – filifera - hace referencia a los filamentos de las hojas.
  • Washingtonia robusta, Palmera mexicana, el epíteto que caracteriza a la especie – robusta - del latín robustus/a/um: fuerte, robusto, en referencia a su crecimiento.
De las 2 especies de palmeras Washingtonia la más estilizada es la “robusta” y la de tronco más grueso es la “filifera”, todo lo contrario de lo que su nombre sugiere. Se diferencian además porque la primera tiene hojas más grandes y carece de hilos en las hojas viejas.
Descripción de Washingtonia robusta del portal "Palmeras en la Ciudad de Resistencia, por José Grassia": "Palmera hermafrodita de tronco estrecho de aproximadamente 25 cm de diámetro, que alcanza alturas de hasta 25 m. y que conserva restos de las bases de las hojas viejas, y cuando estos han caído, ligeramente rugoso, de color marrón grisáceo. Hojas costapalmadas de un metro de diámetro, divididas hasta la mitad en segmentos puntiagudos, con el ápice bífido. Los peciolos alcanzan 1 m de longitud y presenta fuertes espinas recurvadas en los margenes. Las inflorescencias alcanzan los 2-3 m de longitud naciendo de entre las hojas. Son colgantes, con flores de color crema. El fruto es ovoide, negruzco, de aproximadamente 0,8 cm de diámetro." 
Washigtonias en "Plazoleta Dr. René Favaloro", Resistencia (Chaco, Argentina)Enlace
Una de las particularidades de estas palmeras es que a las hojas en forma de abanico, que se disponen en la parte superior del tronco, se le suman numerosas hojas secas que cuelgan a modo de falda y por su efecto visual han determinado que en algunos casos se la nombre como “palmera con enaguas” o “palmera de enaguas”, conformando ese sector una zona que se constituye en hábitat y refugio para diversos animales (pájaros, murciélagos, víboras, insectos y hasta pequeños roedores).
Los restos de las hojas ya caídas forman un vistoso y decorativo entrecruzado que desaparece con el tiempo.
Al igual que otras plantas nativas, las palmeras Washingtonia filifera constituyeron un importante recurso para el desarrollo de la comunidad de los indios Cahuilla que han habitado el Sur de California por más de 2000 años.
Consumían sus frutos y la médula esponjosa del centro o corazón de la palma (heart of the palm), se hacía una harina que era la base de una papilla, se utilizaban las hojas en la fabricación de diversos objetos de uso cotidiano (cestería, sombreros, sandalias), las semillas en maracas y sonajas y la paja para techar sus viviendas.
La existencia de las palmas está ligada a una leyenda de la migración Cahuilla: Uno de los hombres, cabeza de la gente de Sungrey, sintió que su tiempo se estaba terminando. Sus años en su pueblo ya eran muchos y él debía estar preparado para partir. Entonces quiso transformarse en algo beneficioso para su pueblo, por lo que él dijo: 'voy a ser un árbol de palma'. No hay palmeras en el mundo. Mi nombre siempre será Moul (palmera). Desde un extremo a otro de la tierra mi nombre será Moul. Se puso de pie muy erguido, fuerte y potente, y pronto la corteza comenzó a crecer a su alrededor y las hojas verdes brotaron en la parte superior de su cabeza. Y así pasó ante los ojos de su pueblo. (Cahuilla, Wikipedia & Agua Caliente Cultural Museum).

Entre las palmeras que podemos encontrar en las calles, parques y plazas de nuestra ciudad figuran además: Areca (Dypsis lutescens); Caranday (Copernicia alba); Fénix / Palmera canaria (Phoenix canariensis); Fénix enana / Palmera de Roebelen (Phoenix roebelenii O’ Brien); Mbocayá / Mbokaja (Acrocomia aculeata); Palmera Alejandra (Archontophoenix alexandra); Palmera cola de pescado (Caryota urens); Palmera real (Roystonea regia (Kunth) O. F. Cook); Pindó (Syagrus romanzoffiana (Cham.) Glassman); Rapis / Palmera bambú (Raphis excelsa); Washingtonia (Washingtonia robusta y Washingtonia filifera); Yatay (Butia yatay (Mart.) Becc).

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